PICOGORDO EN LAS RIBERAS DEL OJA


El picogordo (Coccothraustes coccothraustes) es un ave de la familia de los fringílidos y se encuentra emparentado con los pinzones, jilgueros, verderones, verdecillos, pardillos, etc. 

El diseño de su plumaje recuerda al de un pinzón vulgar, pero su porte es mucho más robusto y compacto. Posee un pico exageradamente desarrollado y que se utiliza como herramienta de trituración, para poder acceder a las nutritivas semillas que quedan protegidas en el interior de cubiertas duras. De esta manera, su potente musculatura mandibular le permite romper sin problema alguno avellanas, nueces, piñas, castañas o almendras. Incluso sólidos huesos de cerezas, aceitunas, escaramujos o majuelos. Tampoco desprecia otros frutos típicos del bosque caducifolio, como los africes o hayucos, las bellotas, los piñones u otras semillas aladas procedentes de arces, fresnos y olmos. Diferentes frutas carnosas completan su dieta alimentaria, a la que también se añaden brotes tiernos de hojas, orugas de mariposas y pequeños escarabajos, sobre todo en época de cría. 

Me ha resultado interesante incluir esta cita porque el picogordo puede considerarse un ave relativamente escasa en nuestro entorno. A lo largo del valle del Oja nidifican varias parejas, de forma local y dispersa. Son frecuentes, según la bibliografía, los grupos coloniales de cría integrados por 2-8 individuos. Es posible que su verdadera población se encuentre subestimada, pues resulta un pajarillo esquivo y de difícil observación, debido a su carácter tímido y sigiloso, que trata siempre de eludir la cercanía del hombre. Sus cantos y sonidos son poco sonoros y audibles, por lo que a menudo su presencia en el bosque pasa desapercibida por completo. Cría en los bosques de fronda maduros, con existencia de árboles mixtos y sotobosque bien estratificado. También se ha escuchado en algunas repoblaciones de pinos, en zonas elevadas de la montaña riojana. En su hábitat natural, la proximidad de ligeros cursos agua y otras zonas encharcadas mejoran siempre sus condiciones de bienestar. En invierno forma grupos laxos, mezclándose con otras especies; entonces visita parques y jardines, donde abunda la simiente. 

Picogordo en las riberas de Ezcaray.

La foto que os presento fue tomada por Diego Ortega Robredo, en el Paseo del Río de Ezcaray, a comienzos de primavera. Él mismo también los ha fotografiado otras veces por estas mismas fechas, en la zona de Allende y alrededores. Por la época del año, es probable que se trate de individuos no reproductores, bien invernantes o bien en fase de migración. El ejemplar mostrado parece ser que se estaba atiborrando a base semillas de arce campestre.


Etiquetas: