La otra noche, cuando nos íbamos de recogida para casa,
encontramos junto a la puerta del portal un magnífico ejemplar de la especie
Laothoe populi, generalmente conocida por el nombre de esfinge del chopo o del
álamo.
Se trata de una polilla o mariposa nocturna de tamaño grande,
que la hallamos incluida dentro de la familia de los esfíngidos.
Puede observarse localmente durante las noches estivales, en
las proximidades de las riberas o en parques, viciosamente atraída por los focos
de luz artificial. Su población queda distribuida por la mitad norte
peninsular.
De coloración apagada y pardusca, destaca una mancha
ferruginosa muy marcada en el ángulo interno de las alas posteriores. Ideosa tonalidad
que se combina con una dotada morfología alar, imitando sabiamente la silueta ondulada de una hoja seca. Ambos rasgos le otorgan un camuflaje perfecto durante las
horas de reposo diurno, en las que la mariposa suele permanecer inmóvil sobre
la corteza de los árboles, pasando inadvertida ante posibles depredadores.
En conducta de descanso, como costumbre típica de los
lepidópteros de hábitos crepusculares (grupo Heterocera), las alas permanecen
desplegadas en un mismo plano horizontal. Situación en la que las alas
posteriores se muestran bien visibles, sobresaliendo sobre las anteriores.
Considerándose éste, un signo atípico entre los integrantes de la familia
Sphingidae.
El espécimen que se muestra en la imagen se corresponde con un imago o adulto. Estas polillas
tienen la espiritrompa (órgano extensible con forma de tubo por el que se
alimentan los lepidópteros, absorbiendo néctar y otro tipo de jugos alimenticios) atrofiada,
lo que le impedimenta alimentarse. Por esta razón, el periodo de vuelo del adulto de la especie en cuestión es muy breve, reduciéndose a unas
escasas noches. Tiempo que aprovecha para buscar pareja y aparearse. Después de
completar el ciclo reproductivo la esfinge termina pereciendo.
La puesta se compone de unos 200 huevecillos que la hembra
va depositando individualmente o por parejas sobre el envés de las hojas.
La oruga es grande y rechoncha, tintada de coloraciones
verdosas que se ven surcadas por rayas más claras o amarillentas, dispuestas
oblicuamente.
La especie está presente en los bosques ribereños. Las orugas
son polífagas alimentándose vorazmente de las hojas del chopo Populus y sauce
Salix. También defolia alisos Alnus, manzanos Malus, rosales Rosa y otros frutales. Por igual, se cita esporádicamente
en fresnos Fraxinus, robles Quercus, abedules Betula, lureles Laurus, etc.
Tiene un ciclo biológico que se completa en dos generaciones
anuales, propagadas entre mayo y septiembre. La primera se considera primaveral
y la segunda es propia del verano. En regiones de clima frío únicamente
desarrolla una generación por año. No se sabe a ciencia cierta si en La Rioja sus poblaciones se desarrollan en uno o dos ciclos anuales.
Terminado el verano, la oruga desciende hasta la base del
árbol nutricio. Allí, enterrada bajo el suelo, tiene lugar la fase de pupación.
La crisálida o pupa permanece en letargo durante la estación fría, envolviéndose
en una cápsula protectora. En la primavera del año siguiente emergerán los
nuevos adultos recién metamorfoseados.
¡¡Aunque seas escrupuloso, aguántate y no la aplastes con tu
zapatilla. A pesar de su considerable tamaño es un animal completamente
inofensivo!! Por su rareza, debe respetarse y protegerse a toda costa. SALUDOS Y A VIVIR.
Etiquetas: Lepidópteros