Hola amigos, en esta ocasión quiero mostraros una
curiosidad micológica que resulta de sumo interés para el territorio natural de la Sierra
de la Demanda riojana. Se trata de un extraño hongo que siente verdadero apego por las
masas forestales de hayedo. Especialmente, en aquellas que quedan establecidas sobre enclaves topográficos elevados, en
localidades más bien de montaña. En general, su presencia se considera extremadamente rara y excepcional, habiéndose citado una única vez dentro de las
demarcaciones boscosas del Alto Oja. Carmelo Úbeda, en su libro sobre las Setas
del Alto Oja, señala una antigua ubicación también localizada bajo hayas, en el
paraje de El Yedro (Zorraquín) a 1.120 m.s.n.m. Desde entonces han transcurrido
casi 14 años.
El Albatrellus pes-caprae o pie de cabra crece localizadamente en algunos hayedos montanos de la comarca riojana del Alto Oja. Ostenta un modo de vida saprotrófico, alimentándose sobre el suelo de la materia orgánica en proceso de descomposición.
En todas las guías y libros sobre micología, cuando
dicha seta aparece descrita, su exposición siempre se ve acompañada de algún
comentario acerca de su consabido grado de rareza y escasez general. En nuestra comarca,
pienso que se comporta como una especie muy localizada, de querencias
geoclimáticas específicas, que tiende a aparecer esporádicamente en ciertos
bosques de hayas asentados sobre los espacios de la media montaña demandesa. A su particular apariencia,
ligeramente alabeada, se suma una críptica coloración pardusca. Dichos aspectos
favorecen una disimulada conducta reproductora; apareciendo el carpóforo sutilmente
camuflado sobre el mantillo y los musgos que se acumulan en el sotobosque umbrío. Como anécdota, quiero añadir que en mis 15 años
de recolector no he tenido la oportunidad de toparme con este insólito hongo creciendo
en su medio natural. Sí es cierto que algunos años se han presentado varios ejemplares en
las Jornadas Micológicas otoñales de Ezcaray, pero todos ellos procedían de otros lugares
ajenos al valle del Oja.
En este caso, los especímenes presentados me los
aportó Enrique Loma, vecino natural de Ezcaray, gran apasionado de las setas, la caza y la montaña desde su más joven infancia.
Los recolectó accidentalmente en un punto concreto de los hayedos de la zona de
Tres Aguas y, pensando que se trataba de algo raro, me los bajó para que los examinase
con detenimiento. Tampoco él los había visto nunca en su más de 25 años de
experiencia micológica, y lo cierto es que se conoce esos mismos hayedos como
la palma de su mano.
Hábitat. Hayedo, sobre un pequeño relieve allanado
cubierto por musgo. Orientación norte. Suelo ligeramente ácido:
areniscas-dolomías triásicas. Aparece en veranos y otoños templados. Raro en general y muy
escaso en el valle del Oja.
Aunque este hongo se aprecia como comestible en estado
joven, su recolección con fines gastronómicos queda completamente desaconsejada.
Debemos considerar esta premisa como una simple medida de protección cautelar,
que trata de asegurar la supervivencia de tan exclusiva especie. Respétala. Y si
por casualidad la arrancas por desconocimiento, déjala en su lugar de origen,
para que pueda completar con éxito su excepcional ciclo reproductivo.
El Pie de cabra Albatrellus pes-caprae presenta un aspecto
general que puede recordar al de una boletácea o también al de alguna especie de
poliporo (Polyporus) de tamaño medio. Es frecuente que en la bibliografía, el nombre del
género también aparezca descrito bajo la denominación latina de Scutiger, en la
que también se incluyen otras 5 especies de distribución europea. Así, Scutiger
pes-caprae se distingue fácilmente del resto de sus congéneres por ostentar un sombrero más o menos convexo, con el margen irregularmente lobulado. La cutícula del mismo se tiñe de
tonos pardo-oscuros, entreverándose con algún matiz rojizo. Su piel es de tacto hirsuto, velloso, decorándose por mechas y escamas cuyas dimensiones se van pronunciando con la edad de la
seta a medida ésta completa su desarrollo.
El nombre popular Pie de cabra proviene de la peculiar morfología que ostenta el sombrero. Tiende a parecerse a la pezuña lanosa de una cabra. La superficie de su piel es completamente vellosa y tiende cuartearse con la edad, aumentando más si cabe dicha similitud.
La parte fértil del carpóforo se compone de una trama
de poros y tubos de contorno aparentemente irregular, anguloso. Son de color
blanco y pueden amarillear ligeramente con la presión de los dedos. Dichos
orificios son decurrentes y se propagan por una buena parte de la superficie
del pie. Éste es corto y robusto, disponiéndose excéntricamente, hacia el
lateral del sombrero. La consistencia de la carne es dura y compacta, recuerda a la de los citados poliporos, especies lignícolas y saprófitas, que crecen sobre restos leñosos.
El tejido fértil se compone de una trama de poros angulosos que decurren sobre la superficie del pie. Éste suele ser corto y robusto y se dispone excentricamente hacia el lateral del sombrero.
Etiquetas: Hongos y Setas