FLORA DEL ALTO OJA: AMAPOLA AMARILLA

La amapola amarilla recibe el nombre científico de Meconopsis cambrica. Su denominación vulgar nos indica que forma parte de la familia de las amapolas o papaveráceas, por lo que también fue designada con el epíteto latino de Papaver cambricumEl significado del nombre específico hace referencia al antiguo País de Gales o región de Cambria, posible lugar donde se clasificó a la especie por primera vez. El término genérico Meconposis procede igualmente del griego y quiere expresar "con aspecto de amapola" (mekon = amapola, adormidera; ópsis = aspecto). En su mayoría, las amapolas son plantas herbáceas ricas en látex. Tras la fecundación, el ovario maduro constituye un fruto coriáceo endurecido que adquiere la forma de una pequeña cápsula, a modo de recipiente, en cuyo interior se desarrollan cientos de diminutas semillas que más tarde son dispersadas por el viento

La corola o verticilo floral está formada por cuatro pétalos grandes y redondeados, de color amarillo brillante muy vistoso. En el centro observamos numerosos estambres además del ovario, ornamentado de verde. Más tarde, tras la polinización, éste último dará origen a un tipo de fruto capsular que albergará gran cantidad simiente. 

La flor de la amapola amarilla suele equivocarse con la de los ranúnculos amarillos o botones de oro. En nuestras latitudes los botones de oro ostentan una flor de un tamaño mucho más reducido. Ambas especies presentan diferencias notables en lo que respecta a estructura de la flor y sobre todo del fruto. En un arroyo de la zona alta de Altuzarra esta flor era polinizada por un díptero del género Sarcophaga, también conocido como moscas grises de la carne. 

En la amapola amarilla las flores se posicionan solitarias en lo alto de largos tallos o pedicelos. La hoja guarda una morfología compuesta imparipinnada. Está formada por un número impar de foliolos o pequeñas hojillas: 4 pares opuestos con otro solitario en el extremo de la hoja. Tienen forma oval-lanceolada, con el margen dentado. Su tonalidad es verde glauco.

Detalle del botón floral en el momento previo a la antesis o apertura de la flor. Al igual que los tallos, los sépalos que encierran la flor presentan una superficie recubierta por pequeños pelos erizados. Los sépalos se marchitan y caen tras el despliegue de los pétalos. Si seccionamos los tallos de la planta, éstos segregan un jugo lechoso de color amarillo. En las plantas, el látex tiene una función protectora frente al ataque de organismos patógenos dañinos. 

Detalle del fruto capsular tras la caída de los pétalos. La superficie es glabra, lisa y brillante, sin restos de pelo. Se trata de una cápsula dehiscente que al madurar se abre por 4-6 valvas apicales por donde después se liberan las semillas. 


En la península ibérica, Meconopsis forma un género monotípico, es decir, que sólo cuenta con una única especie descrita en dicho territorio, lo que equivale también a género monoespecífico. Su distribución general ocupa ciertas regiones del norte de España (Pirineos, Sistema Ibérico Norte y Cordillera Cantábrica), Francia e Islas Británicas. En el área del valle del Oja se considera una planta frecuente pero no abundante. La solemos encontrar dispersa en las zonas de montaña, mayoritariamente en los bosques de fronda, en las cercanías de los arroyos. 

Hábitat. Esta gran amapola vive ligada a los bosques de caducifolios húmedos y umbrosos. Frecuenta los terrenos profundos y removidos en los que se acumulan grandes espesores de nutrientes. A menudo se observa en cunetas, taludes, depresiones forestales encharcadas, márgenes de riberas, repisas rocosas, etc. En el Oja se comporta como especie montana, razón por la cual prefiere refugiarse en los hayedos y bosques mixtos de la cabecera del valle, en sus orlas y claros. Suele asociarse a la vegetación ribereña de montaña ocupando los márgenes que se ve influenciados por la crecida estacional de los arroyos, donde se depositan importantes sedimentos nutricios. En la foto podemos observar a la derecha una tupida población de Luzula sylvatica subsp. henriquesii, especie con la que comparte hábitat. 

Hábitat. El grupo de los megaforbios está constituido por plantas herbáceas muy frondosas y exuberantes. Viven en espacios frescos y sombríos, en ambientes templados saturados por la humedad atmosférica. Este indispensable aporte hídrico es proporcionado por la salpicadura de las cascadas y torrentes de montaña. Las grandes superficies foliares son una adaptación para habitar los espacios en penumbra de los bosques, donde la incidencia de la radiación lumínica es escasa. Por el mismo hecho, las flores que desarrollan son en su mayoría muy coloridas y llamativas, para suscitar la visita de los insectos polinizadores en condiciones de semioscuridad. Otras compañeras típicas de este tipo de medios son: Valeriana pyrenaica, Geranium sylvaticum, Luzula henriquesii, Lilium martagon, Heracleum sphodylium, Sanicula europaea,...Como estrategia defensiva, la mayor parte de estas especies segregan sustancias altamente venenosas, así son respetadas por los animales herbívoros.


Es una especie de requerimientos de sombra, propia de linderos y claros de bosques umbrosos. Exige humedad tanto en el suelo como en el ambiente. Forma parte de las comunidades megafórbicas o grandes hierbas, características de los zonas de montaña con gran humedad ambiental. Siente predilección por los terrenos removidos del bosque, habitando suelos nitrificados por acumulación de la materia orgánica. Crece en todo tipo de suelos, tanto en calizos como silíceos aunque se decanta más por los primeros. Cada planta surge año tras año de un rizoma subterráneo y se agrupa con otras formando pequeños macizos muy tupidos y frondosos, visibles desde la lejanía. Florece desde mayo hasta agosto. 




¡Disfrutad con su fotografía! Esta atractiva planta nos ofrece sugerentes composiciones en las proximidades de arroyos y cascadas boscosas. 

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