ORQUÍDEAS EN EL VALLE DEL OJA

Gracias al buen tiempo que presentaron los primeros días de las vacaciones pasadas de Semana Santa, Silvestres pudo arrancar con las primeras jornadas de campo dedicadas a la observación de la naturaleza. 

Las primeras salidas de este año se las brindamos a la botánica taxonómica, es decir, a la botánica descriptiva que se encarga de identificar y clasificar las especies vegetales que conviven en nuestro entorno, un territorio en el que la mayor parte de las plantas que existen ya se encuentran delimitadas por los expertos botánicos. Pero, a quién no le pica la curiosidad cuando sale al campo y se tropieza con una llamativa florecilla en plena exuberancia primaveral. La vemos una vez, luego otra y otra más, hasta que su delicada presencia nos resulta familiar ¿Qué será? Rápidamente, allá por donde pasamos, empezamos a acostumbrarnos a su grata presencia y muda compañía; en las praderas, en las cunetas, en los linderos boscosos, entre los matorrales, sobre los baldíos agrícolas...Un compendio de especializados tonos cromáticos, de perfilados diseños morfológicos, de insinuantes fragancias florales,... conceptos que se plasman y correlacionan instintivamente en nuestra memoria. Quizá no nos hayamos dado cuenta pero la mayor parte del trabajo que requiere la caracterización de una especie ya ha sido realizado por nosotros mismos, ¡y sin tocar un sólo libro! Fácil, si la observación se realiza con cierto grado de atención y detalle, simplemente prestando un mínimo interés por aquello que nos rodea. 

Aunque la terminología pueda resultar algo ardua para los profanos, si deseamos profundizar en el conocimiento y estudio de las plantas silvestres es imprescindible que las palabras más especializadas vayan resonando levemente en nuestras cabezas. Por muy desconocida o enrevesada que pueda resultar su pronunciación, haré lo posible para que las expresiones técnicas sean claras y entendibles, eso sí, respetando en todo momento el rigor científico de las propias definiciones botánicas.

Para hacerlo más fácil, la experiencia práctica de campo se convierte en una herramienta idónea que nos permite efectuar una primera y sencilla aproximación al mundo de la botánica. Así, para empezar, nos decidimos a conocer algo sobre un grupo de plantas muy particular y atractivo: las orquídeas. Una visita organizada para identificar especies, conocer su biología y medio de vida en los espacios naturales de la Sierra de La Demanda. 

Sobre orquidáceas existen numerosos libros y estudios publicados. La mayor parte de las especies conocidas viven en los países de ámbito tropical. Suelen ser grandes y de vistosos colores. En la Europa Atlántica y Cuenca Mediterránea existe una importante diversidad en especies pero éstas presentan unas proporciones mucho más reducidas. Se han especializado en colonizar una amplia variedad de espacios naturales o seminaturales, alterados en gran medida por la actividad del hombre. Su increíble adaptabilidad a la polinización entomófila (vía insectos) ha favorecido el desarrollo de una sorprendente gama de respuestas evolutivas en cuanto a formas, colores y en menor medida aromas atrayentes. Soluciones biológicas que llaman poderosamente nuestra atención. 

Ezcaray presenta un clima de montaña mediterránea con una clara influencia oceánica. Sus suelos se desarrollan sobre distintos tipos de rocas metamórficas y sedimentarias, con edades diferenciadas. Estos factores han provocado que la diversidad de especies de orquídeas en la comarca del Alto Oja sea una de las más importantes para la Peninsula Ibérica, con cerca de unas 40 especies determinadas en un área territorial de escasa extensión. Un lugar de referencia para muchos especialistas de ámbito nacional y europeo.  

Las orquídeas del Alto Oja se agrupan en función de tres tipos de hábitats fundamentales: matorral degradado, praderas y bosques

Las primeras flores que eclosionan son aquellas que habitan en las zonas basales termófilas. Espacios secos y soleados integrados por varios tipos de matorral bajo, preferentemente sobre suelos calizos pedregosos. Luego continúan las de prados mesófilos (húmedos y templados) y para finalizar las de bosques frescos. 

El mes de abril es el más adecuado para observar especies precoces que viven ligadas a los espacios de garriga o matorral aclarado. Este tipo de localizaciones son relativamente frecuentes en las áreas bajas de los montes de Ezcaray, Valgañón, Zorraquín, Ojacastro o Santurde, tratándose de terrenos degradados o alterados, pertenecientes al antiguo bosque autóctono de quejigos o encinas. Hoy en día en estos lugares apenas aparecen árboles y si alguno llega a sobrevivir, entonces se nos muestra de manera aislada o formando pequeños bosquetes despejados. En esta clase de espacios, el bosque se ha visto sustituido por una formación de matorral predominada por la presencia de aulagas (Genista scorpius) y tomillos (Thymus vulgaris), especies que se vieron favorecidas por las antiguas prácticas de pastoreo extensivo. El resultado ha sido la configuración de un hábitat de especial interés no solo para las orquídeas, sino para otras muchas especies de flores cuyas poblaciones han evolucionado a partir de los mencionados métodos de explotación tradicional. Una buena parte de las orquídeas que habitan en los valles del Oja son exclusivas de este tipo de medios seminaturales o antropizados, pasemos pues a verlas:


Ophrys lutea es una curiosa abejera cuyo labelo o pétalo central aparece bordeado de amarillo. El labelo o labelum es un pétalo modificado que hace las veces de plataforma de aterrizaje para los insectos polinizadores. 


En esta O. lutea la banda amarilla se nos muestra mucho más patente. Pertenece a una población muy distante que fue fotografiada en el espacio natural de la Sierra de Las Nieves (Málaga). 


En el espejo de Venus u Ophrys speculum observamos uno de los mayores grados de perfeccionamiento en lo que respecta a la imitación del insecto polinizador. La mácula azul violácea del labelo es especialmente visible en el canal ultravioleta de los himenópteros que la polinizan. Si os fijáis bien, los dos lóbulos laterales del labelo reproducen las alas de una abeja incluso, afinado más, podemos llegar a distinguir unos pseudojos en la parte superior del mismo. El recubrimiento velloso tiene una función táctil estimulante. Ésta es una orquídea de tendencias termófilas, amiga de las altas temperaturas. Forma poblaciones laxas en tomillares bajos, acompañando al lastón (Brachypodium retusum) y al hinojo de perro (Bupleurum frutiscescens). 


La orquídea de La Pasión O. passionis se caracteriza por su labelo oscuro cubierto de un tomento rojizo. Tiene una morfología convexa y redondeada, con una distintiva mácula gris brillante en forma de "H". O. passionis es considerada una subespecie o raza geográfica de O. sphegodes. Su etimología hace referencia al momento propio de su floración, en la festividad de La Pascua. En nuestra zona O. sphegodes es más tardía. 

O. vasconica aparece en medios algo más húmedos, sobre praderas verdes. Se identifica por su labelo trilobulado y su mácula vinosa  bordeada por una línea blanca en forma de "W". En esta especie la superficie pelosa es de un color blanco lilacino muy evidente. Como ocurre con la anterior, O. vasconia pertenece a un complejo taxonómico que se incluye dentro de la más frecuente y estudiada O. fusca. Se trataría de una población específica del suroeste francés y norte de la península ibérica. 


Detalle del indumento o recubrimiento peloso. O. fusca subsp. vasconica

Esta abejera es la Ophrys tenthredinifera y, como podéis observar, su aspecto es extremadamente parecido al de una abeja solitaria. Los sépalos rosas son muy llamativos, guardan una forma más o menos redondeada. Los mismos, se disponen a modo de cruz sobre el labelo y los otros dos pétalos (muy reducidos).

O. tenthredinifera presenta un labelo de contorno cuadrangular rematado por un borde pubescente. 


Del género Ophrys pasamos a Orchis. La orquídea dama o satirión manchado es una de las plantas silvestres más espectaculares de nuestra flora. Orchis purpurea es distinguible por su robustez y su portentosa floración. 


El labelo de la orquídea dama tiene forma antropomorfa. Sus cuatro lóbulos se parecen a las extremidades de una dama ataviada con largo vestido blanco. En muchas Orchis los sépalos y pétalos superiores se solapan formado un casco característico. Las pequeñas máculas púrpureo pelosas tienen una función sensorial para incitar a los insectos. 


La orquídea macho Orchis mascula reluce por sus bellos tonos fucsias. El centro del labelo está manchado de un blanco que se adorna por pequeñas máculas rosadas. Esta especie desarrolla un espolón que se dispone curvado en la parte trasera de cada flor. El espolón es un pétalo modificado a modo de recipiente y que algunas veces posee néctar como recompensa para el polinizador.


O. mascula es una de las especies de orquídeas más abundantes en el valle del Oja. Presenta una ecología muy plástica y puede criarse en gran variedad de medios: pastizales frescos, zonas secas de matorral, bosques claros,...En la imagen podemos contemplar una impresionante población formada por cientos de individuos. 


Hábitat característico del aulagar y tomillar calizo del valle del Oja.

Andaduras de la prospección. Descenso de los cerros margosos del Medio Oja. 

Las vistas, inmejorables. Pico San Lorenzo refugiando las últimas nieves del invierno. 

Foto de grupo con el valle del Ciloria como telón de fondo.


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