RAQUETAS DE NIEVE EN EZCARAY


Una buena parte del trabajo que realizamos durante la estación invernal se ve orientado a la práctica de senderismo en la modalidad de raquetas de nieve. Éste es un tipo de marcha que requiere un mayor grado de exigencia física en lo que respecta a la forma de progresar y desplazarse a lo largo del terreno, pero que a su vez es capaz de aportarnos la estimulante sensación de libertad que transmiten los agrestes paisajes de la alta montaña nevada.    

El uso de esta clase de material facilita enormemente el tránsito por todo tipo de terrenos nevados, siempre y cuando las pendientes a salvar no sean excesivamente pronunciadas. Las características de la nieve depositada también son decisivas a la hora de avanzar sobre terreno cubierto. Lo más idóneo es encontrarnos con un estrato inferior compactado por el frío, que a su vez  se encuentre recubierto por otra capa de nieve polvo que tenga al menos entre 10 y 15 cm de espesor. A partir de aquí y en función de las condiciones ambientales, las situaciones de innivación pueden ser muy diversas. Eso sí, mucho ojo con el hielo, especialmente en las laderas empinadas, sobre todo cuando tengamos que realizar desplazamientos en contrapendiente. Lo más aconsejable, siempre, es utilizar las raquetas siguiendo el sentido de la máxima pendiente; ascendiendo y descendiendo en línea recta, evitando a ser posible las trayectorias laterales, con riesgos de deslizamiento y por las que sufren mucho los tobillos. 

En la misma planta de las raquetas, aparecen insertadas una serie de púas o cuchillas metálicas, que se asemejan al de un sistema de crampones como los que se utilizan el las prácticas de alpinismo. Dichos elementos favorecen nuestro anclaje sobre suelo, pero debemos tener en cuenta que, aún con todo, presentan importantes limitaciones cuando nos encontramos ante superficies muy heladas y endurecidas, peligrosas cuando se hallan súbitamente inclinadas. El empleo de un par de bastones, como elementos de apoyo y equilibrio, resulta muy valioso a la hora transitar por laderas y divisorias, así como en pequeñas maniobras que requieran cambios de orientación en la marcha. 


Descenso de los Chorretes de Necutia. Zona del Ortigal.


Desde Silvestres ofrecemos varias posibilidades para ejercitar este deporte en las mejores condiciones de seguridad y disfrute personal. El auxilio de un guía experimentado es fundamental si deseamos conocer los mejores escenarios nevados de la Sierra de La Demanda riojana. Divirtiéndonos y olvidándonos de los posibles infortunios que pueden suponer algunos riesgos como el mal tiempo, la inaccesibilidad o los fatales extravíos en la montaña.     

Para los iniciados proponemos una salida estándar sencilla, de unos 6-7 km y 250 m de desnivel, a realizar en unas tres horas. Para los más ejercitados disponemos de travesías más largas, incluyendo varias ascensiones a algunos los picos más emblemáticos que coronan el Alto Oja. Las salidas pueden ser a modo de grupo cerrado, exclusivas, mediante contratación particular, o bien a modo de grupo abierto, con un máximo de 15 asistentes. En el último caso, solemos ofrecer las fechas de la actividad con unas semanas de antelación, para que se vaya apuntando toda persona que lo desee. 

Para el que prefiera practicar por su cuenta, también disponemos de servicio de alquiler de material (raquetas+bastones).

A continuación, a modo de ejemplo, aportamos una serie de imágenes que ilustran parte del trabajo realizado durante esta temporada invernal. Fijaos bien en las zonas geográficas de las diapositivas, pues reflejan los diferentes tipos de terreno que solemos visitar durante salidas que organizamos. Deporte, naturaleza y mucha, mucha nieve en los montes de Ezcaray y sus alrededores. 


En el collado Ormazal, después de coronar el vértice de La Cuña (2008 m). Zona de la Estación Invernal de Valdezcaray.


Subida con algo de hielo al collado de Cobetia (1750 m). Poniendo en práctica el equipo. Zona de Valdezcaray


No siempre es fácil organizar una travesía en raquetas saliendo desde el mismo pueblo de Ezcaray. Este año, las grandes nevadas de principios de febrero nos lo permitieron varias veces. Zona de Sarambura, en las cercanías de Ezcaray.


Las zonas de bosque siempre guardan un encanto especial cuando las hallamos cubiertas por espeso manto de nieve virginal. Zona de Usarena, en Zorraquín.


Una de las principales labores del guía, es ir abriendo camino a la cabeza del grupo. Operación que facilita en gran medida la progresión del resto de los participantes.






Un receso durante la ascensión siempre puede aprovecharse para sacar unas buenas fotografías. Zona de la Cruz de La Demanda.


En la montaña invernal son poco frecuentes, pero si tenemos la suerte de pillar un día despejado que brille el sol, la experiencia de las raquetas llega a ser muy enriquecedora. Zona de la Cruz de La Demanda.


Otras veces, el tiempo no acompaña y toca "sufrir" un poquito. Entonces la montaña es la que se encarga de poner a prueba nuestras limitaciones físicas. Una fuerte ventisca no impidió la subida de este grupo de montañeros hasta el collado de Colocobia, situado a 1850 m. Zona de de la Estación Invernal de Valdezcaray.


Cima del pico Otero, con un buen "paquete" de nieve. La cornisa de nieve que aparece en la fotografía se precipitaba sobre el circo de Escolracia a más de 50 m de altura. Zona de la Cruz de La Demanda.




Un buen equipamiento es trascendental a la hora de enfrentarnos a las frecuentes inclemencias meteorológicas de la alta montaña invernal.


Con cierto tiempo de antelación, también organizamos excursiones para grupos grandes. Disponemos de material para equipar a un autobús completo.


Cuando el tiempo y los accesos lo permitan, siempre intentaremos acompañaros a las mejores zonas de los montes de Ezcaray, para que piséis nieve virgen y disfrutéis a la vez de los mejores escenarios nevados de nuestra sierra.


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